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Cuarta Carta a Roberto Fontanarrosa

  Querido Roberto, Te comento que he recibido, nuevamente, tu propuesta. La reiteración es algo que personalmente me disgusta, y mucho, pero bueno quedate tranquilo que no te diré nada malo ni mucho menos. Aunque, como bien te mencione anteriormente, no puedo aceptar tu propuesta por más tentadora que sea o por más de que me insistas mil veces más. Entiendo lo que quieres hacer y te juro ahora que leo tu carta, estoy desesperada por ir en ese barco a navegar y conocer aguas desconocidas contigo, te juro que ni en mis mejores había pensado algo así. Imagínate, quien seria tan tonta e inútil como para rechazar semejante propuesta por parte de un gran humorista y dibujante como usted, sería patético y algo impensado por cualquier mente humana. Evidentemente tus ganas son muchas y las mías son pocas de hacer esto, aunque en un principio te rechace simplemente por temor mío. Pero ahora, empiezo a comprender qué clase de persona eres y creo que estoy orgullosa de no cumplir tu dese...

Segunda carta a Roberto Fontanarrosa

  Roberto Fontanarrosa Hola Roberto, quería comentarte que recibí tu carta en perfectas condiciones más allá de las enormes distancias que separan a nuestros países. Obviamente he escuchado hablar de tu país y aunque me parezca extraordinario e interesante visitarlo, me temo que voy a tener que negarme a ir para allí. Entiendo que en un principio mi respuesta puede resultar decepcionante, pero permíteme explicarte para que lo entiendas. Como sabrás, yo soy una actriz muy reconocida por interpretar a Gilda, una gran cantante y compositora nacida en su hermoso país, y eso ha traído bastantes críticas hacia mí, por el simple hecho de ser norteamericana. Así que imagino que debe entender y saber que estas críticas no han sido muy sutiles que digamos, por lo que prefiero no arriesgarme a ir allí y pasar un mal rato, como dicen ustedes, “mejor prevenir que curar”.  Roberto espero que no hayas querido “venderme gato por liebre“ y esta propuesta haya sido con buenas intenc...

Foto Familiar y pequeña historia

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  El abuelo Amadeo es alguien a quien yo nunca conocí. Es el padre de mi madre, pero en este caso, no es tan simple como parece. Amadeo fue el primer hijo, el hermano mayor, nació en Udine Italia y tenía solamente 1 año cuando se vino a la Argentina con su mama la “nona” Elsa Zurini, la abuela de mi madre que era de Suiza. Cuento esto porque me parece información esencial para lo que les voy a contar a continuación. No creo que esto sea una historia o un hecho muy importante, es simplemente algo que me ha contado mi madre sobre un abuelo al que no tuve la chance de conocer. Ella me conto que Amadeo, por más de que tenía solamente 1 año cuando se vino a la Argentina, hablaba muy bien el friulano con sus amigos. El  friulano  (en friulano  furlan , o informalmente  marilenghe ) es una  lengua indoeuropea  de la familia  románica  que, junto al  romanche  y el  ladino , forma la rama de los  Alpes  centrales llamada...

Situación Mal Vista Socialmente

Se que muchos van a pensar o concluir, a partir del final de este relato, que esto es simplemente una situación mal vista socialmente, yo lo considere, lo considero y lo considerare como un delito. En mi etapa estudiantil siempre ha habido eventos, festivales, actividades o semanas que uno espera con ansias, y en este caso era una fecha y es la famosa “Semana del estudiante”. En la ciudad que me vio crecer, Neuquén, los adolescentes del secundario, mayormente estudiantes de 2do año a 5to año, tienden a ir al lago Mari Menuco a pasar unos días allí. Allí siempre se hace lo mismo, fiestas a la noche o pequeñas juntadas en casas, o incluso se pasa la tarde junto a tus amigos y los demás estudiantes frente al lago donde ponen música y estás todo el día allí hasta que cae la noche. Esta fiesta del lago fue uno de las más importantes ya que era mi última, porque yo era estudiante de 5to año y este sería mi último lago, como dirían los neuquinos. En un principio, uno llega allí y se div...

La silueta

  Matías Ezequiel García se acostó temprano para así poder despertarse temprano a la mañana siguiente, ya que tendía a acostarse tarde y levantarse más tarde aún. Entonces, temprano fue que despertó, y recordó la frase que su abuelo le nombraba “al que madruga, dios lo ayuda” por lo que él pensó que iba a tener un gran día, aunque no fue así. Por más que se haya levantado temprano, había sido demasiado a su parecer, se había acostado a las 20:00 y despertado a las 04:00. Lo primero que hizo fue ir al baño y verse en el espejo, su cara, una cara típica de un ciudadano promedio de Buenos Aires, un rostro cansado, recién despertado, con el pelo un poco mojado de haberse duchado y sin ganas de nada, como si no quisiera estar allí y en realidad quisiera estar durmiendo calentito en su cama. Y así es precisamente como se sentía Matías Ezequiel, su cara decía todo. Todavía era de noche, por lo que Matías decidido volver a la cama para acostarse un rato más, por lo menos hasta que salga ...

Tercera carta a Maria Antonieta

  Querida María Antonieta                                    Tu carta de respuesta he recibido. Entenderás que, no es de mi agrado saber que te has negado, no creí que fueras tan cobarde, creí que eras de las personas que entendían los sacrificios que hay que hacer para conseguir lo que uno quiere.                                     Entiendo que a primera impresión pudo haber sonado fuerte o te pudo haber impactado mi propuesta, pero quiero que entiendas que debes aceptarla. Si usted no quiere envenenarlos, esta bien lo comprendo, podemos hacerlo de otra manera como por ejemplo un accidente de auto o un simple altercado en la calle, un robo co...

Cuento policial: Descuidos accidentales

  Clementi había viajado a Neuquén, pero ahora volvía a Buenos Aires porque comenzaba otro nuevo año de estudio. Antes de partir rumbo hacia al aeropuerto, decidió mirarse por última vez en aquel espejo roto que tenía en su habitación (que él consideraba que no estaba roto, sino con pequeños rasguños) y además agradeció no tener que ver ni escuchar más ese ruidoso reloj de pie que su padre amaba. Una vez llegado al aeropuerto, se despidió formalmente de sus padres y subió al avión que partía hacia la gran ciudad. A mitad de viaje Clementi se despierta por unos molestos ruidos que lo incomodaron al dormir y desde ese momento hasta al final del viaje tuvo que quedarse despierto. A medida que pasaba el tiempo, aumentaban las ganas de ir al baño de Clementi, pero el baño estaba ocupado y no quería quedarse parado porque le daba miedo que eso le produzca mareos o dolores de panza. Pero finalmente decidió ir al baño y esperar parado de todas maneras. No pasaron ni diez segundos de cu...