La silueta
Matías Ezequiel García se acostó temprano para así poder despertarse temprano a la mañana siguiente, ya que tendía a acostarse tarde y levantarse más tarde aún. Entonces, temprano fue que despertó, y recordó la frase que su abuelo le nombraba “al que madruga, dios lo ayuda” por lo que él pensó que iba a tener un gran día, aunque no fue así. Por más que se haya levantado temprano, había sido demasiado a su parecer, se había acostado a las 20:00 y despertado a las 04:00. Lo primero que hizo fue ir al baño y verse en el espejo, su cara, una cara típica de un ciudadano promedio de Buenos Aires, un rostro cansado, recién despertado, con el pelo un poco mojado de haberse duchado y sin ganas de nada, como si no quisiera estar allí y en realidad quisiera estar durmiendo calentito en su cama. Y así es precisamente como se sentía Matías Ezequiel, su cara decía todo. Todavía era de noche, por lo que Matías decidido volver a la cama para acostarse un rato más, por lo menos hasta que salga el s